miércoles, 23 de abril de 2014

Revista Jacaranda número 2: Soñadores.



Editorial 
En la mitología griega Ariadna es hija de Minos, rey de Creta, y Pasífae, hija del Sol. Cuando Teseo llegó a la ciudad para combatir al Minotauro, Ariadna lo vio y se enamoró perdidamente de él. Para adentrarse en el Laberinto –la prisión del monstruo-, la joven le dio un ovillo cuyo hilo sirvió para indicar a Teseo el camino de regreso si vencía y salvaba la vida, como finalmente ocurrió. Luego huyó con él para escapar de la ira de Minos, pero no llegó a Atenas. En una escala en la isla de Naxos, Teseo la abandonó dormida en la orilla. La pintura de John William Waterhouse recrea el plácido sueño de Ariadna, nada dice de su dolor al despertar, aunque nosotros lo intuimos al ver que un barco se aleja.

No todos los soñadores están tocados por la Fortuna en todo momento... algunos sueños se escapan, algunos cuestan demasiado, otros se desvanecen y dejan sensación de vacío... todos los fracasos hacen una herida, pero qué extraña fuerza da un nuevo sueño para que olvidemos el dolor y sigamos soñando, tropezando, sufriendo, soñando... Qué no tendrán de mágico o de sagrado los sueños, capaces de hacer creer en un futuro mejor a los más desconfiados.

Jacaranda ha hurgado en los sueños de sus colaboradores durante dos cursos y ha conocido a algunos soñadores decaídos, algo desencantados, un poco perdidos, que sin embargo nos han regalado lo mejor de sí mismos a través de la escritura –nuestro próximo tema-. Por eso, el número dos de nuestra revista da comienzo con un cariñoso abrazo y desea convertirse en una inyección de esperanza para ellos: 

A menudo el sol 
resplandece en el cielo 
más bello y gracioso 
si una oscura nube 
ya lo ocultó*. 

A los vitalistas, a los que perseveran y nunca se cansan de soñar... ánimo y mil gracias.

* Versos extraídos del libreto de Vincenzo Cassani para la ópera de Antonio Vivaldi Andromeda liberata.

Agradecimientos

Cuando los amigos de Jacaranda despertaron la mañana de noviembre que siguió al día más nublado del otoño, se encontraron convertidos en mecenas de la revista. 

No era un sueño. Habíamos comido, bebido y holgado gracias a la generosidad del cocinero de Naveros y su corte; en los pasillos del instituto se pagaba por el menú especial pensado para los que no pudieron venir... incluso llegó una transferencia bancaria. Como consecuencia, la mitad del segundo número era ya una realidad material. Avanzado el invierno, el Departamento de Actividades Extraescolares nos dio el pellizco definitivo. No era un sueño.

La redacción de Jacaranda desea expresar nuevamente su sincero agradecimiento a todos sus colaboradores, en especial al Proyecto Lector y a los alumnos del IES La Janda, que una mañana de septiembre despertaron a la revista de un mal sueño de verano. Con estas palabras queremos transmitir nuestro reconocimiento a su trabajo y a su entusiasmo. 

Vejer de la Frontera, primavera de 2011.

Revista Jacaranda número 1: Los sueños.


Editorial 

La jacaranda (del guaraní yacarandá) es un hermoso árbol de follaje caedizo y flores de color azul violáceo cuando los rayos del sol no inciden directamente en ellas; cuando lo hacen, adquieren un brillo plateado y una tonalidad mágica para la que no hemos inventado todavía un nombre. Sólo las sensaciones que podemos experimentar paseando en primavera por la calle Porvera de Jerez o por la plaza de Alfonso X El Sabio en El Puerto de Santa María se acercan a lo que realmente es una jacaranda. Como ocurre al contar un sueño, traicionamos la esencia de este árbol si pretendemos describirlo con palabras. 

Jacaranda es, al mismo tiempo, un adjetivo que alude a la belleza que procede de la felicidad y la buena salud, como lozana. Y viene de jácara, un tipo de romance alegre donde se relataban acontecimientos un poco picantes durante la oscura época que para las artes y la expresión de los sentimientos humanos fue la Edad Media. Jácara también es una danza airosa y vitalista muy popular en la España del siglo XVIII que solía interpretarse para animar los entreactos de las representaciones teatrales. 

Actualmente, podríamos llamar jácara a un grupo de gente alegre que de noche anda alborotando y cantando por las calles. Y en el lenguaje coloquial una jácara es una molestia o un enfado, una ofensa a la moral conservadora de las gentes decentes que convierten la palabra cuento en sinónimo de patraña. 

Jacaranda es un precioso juego de palabras en el contexto del I.E.S. La Janda de Vejer de la Frontera y es el nombre de la revista que nace en el curso académico 2009-2010 con la intención de convertirse en el escenario de las alegrías que provienen de la buena salud intelectual de los alumnos, profesores y personal no docente que conforman este centro de enseñanza. Nuestro primer número, Los sueños, está dedicado al mundo de la imaginación, de lo desconocido, de la esperanza, de lo profundo... porque estamos dormidos, aletargados... pero sólo en apariencia –los artículos que publicamos representan una décima parte de las colaboraciones que hemos recibido y guardado... gracias de todo corazón-; porque “somos del mismo material del que se tejen los sueños” (William Shakespeare). 


Agradecimientos 

La redacción de Jacaranda quiere expresar su sincero agradecimiento a todos sus colaboradores. Nos han llegado tantos sueños, tan distintos, tan hermosos, tan grandes… que la realidad del papel impreso no ha podido asumirlos en su totalidad. Gracias a los soñadores que han podido ver publicados sus trabajos en este primer número; gracias a los que tendrán que esperar al siguiente. Gracias a nuestros primeros lechos confortables, el Departamento de Actividades Extraescolares y el Proyecto Lector del centro, y a todos los que nos han ido arropando a lo largo del camino, dentro y fuera del instituto; Jacaranda os necesitaba para descansar y reponer energías, pues ver cumplido el sueño de su edición ha costado un gran esfuerzo... pero ha sido un enorme placer. Gracias, especialmente, a los amigos –a los de ahora y a los de siempre-.

Vejer de la Frontera, enero de 2010.